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No llevar un sostén adecuado mientras haces tus entrenamientos puede producir graves consecuencias como: irritación, dolor de espalda o caída de los senos. Aquí te damos algunas claves para encontrar el sostén “perfecto”.

Elige bien tu talla.

¿Cuántas de nosotras nos hemos comprado un sujetador que luego no nos hemos podido poner? Escoger la talla adecuada es lo primero que debes tener en cuenta a la hora de elegir el sujetador deportivo perfecto. Opta por uno de un tamaño similar a los sostenes que utilices regularmente.

Pruébalo.

Antes de comprar un sostén deportivo, asegúrate de ponerlo a prueba para ver si es el que mejor se adapta a ti. ¿Cómo? Intenta saltar arriba y abajo, inclínate hacia adelante y levanta los brazos. De esta forma podrás comprobar si el sujetador se mantiene en su lugar mientras te mueves. Si no es así, corre a cambiarlo por otro. Además, intenta comprar un sujetador deportivo que cubra cada seno por separado, ya que te ayudará a controlar los movimientos y tu pecho estará mejor apoyado y protegido.

Fíjate en el material con el que esté fabricado.

Parece una tontería pero el tejido con el que esté fabricado nuestro sujetador deportivo es fundamental para ahorrarnos las dichosas y molestas rozaduras en las zonas del pecho y de las axilas. Procura elegir uno con un material 100% transpirable y con licra de buena calidad.

Sin aros, transpirable y sin costuras.

Un sujetador deportivo, por mucho pecho que tengas, NUNCA debe llevar aros. Estos sólo producirán roces e, incluso, heridas debajo del pecho. Si un sujetador es de calidad, los aros no son necesarios para la sujeción. Asimismo, olvídate también de las costuras ya que sólo conseguirás que te rocen la piel cuando hagas ejercicio.

¿Cada cuánto tiempo hay que sustituirlo?

Los sujetadores deportivos son como las zapatillas de correr. Con el paso del tiempo y su uso frecuente envejecen y empiezan a perder su función principal. Al igual que ocurre con el calzado, se estima que el tejido del sujetador comienza a perder propiedades y elasticidad entre los seis meses y un año. Si la banda elástica situada en el torso se levanta o enrolla y las correas o tirantes de los hombros están flojos son señales inequívocas de que debes ir pensando en cambiarlo y jubilar al anterior lo antes posible.

 

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