El jengibre es una raíz de origen oriental, que se cultiva principalmente en China, aunque en la India también es un alimento habitual y su uso se está extendiendo cada vez más en todo el mundo.
Pero, ¿tienes idea de qué beneficios se esconden en esta raíz? ¡Son muchos!, y hoy queremos compartirlos contigo para que los integres a tu vida.
1. Regula el metabolismo.
El consumo de jengibre facilita la absorción de los nutrientes de los alimentos. De hecho, promueve que los compuestos esenciales lleguen donde deben. Por otra parte, si tienes falta de apetito un poco de jengibre fresco antes del almuerzo puede ayudarte.
2. Quita el mareo.
Si vas de viaje con toda tu familia y siempre te mareas, la próxima vez ya no será así. Antes del viaje empaca un trozo de jengibre y si te apetece ponle un poco de miel, luego mastícalo y ya está, no tendrás de qué preocuparte.
3. Combate las náuseas.
Así como puede ser beneficioso a la hora de viajar por los mareos, también es bueno para evadir las náuseas. En las mujeres embarazadas, por ejemplo, que suelen sufrir mucho más por la mañana como síntoma de esta nueva etapa que comienzan a vivir, es un remedio natural excelente para combatir las náuseas.
4. Disminuye el dolor muscular y en las articulaciones.
El jengibre tiene propiedades antiinflamatorias, que pueden traer alivio a las personas que sufren de las articulaciones o aquellas que realicen deportes de alto rendimiento y suelen sufrir dolores musculares. El consumo de 2 gramos por día durante 11 días, te harán notar un cambio en tu cuerpo que se sentirá más aliviado del malestar.
5. Baja los niveles de azúcar y de riesgo cardíaco.
Este tubérculo también tiene grandes propiedades antidiabéticas y quedó demostrado en un estudio realizado en 2015 en el que varias personas con diabetes tipo 2 consumieron 2 gramos de polvo de jengibre por día y su nivel de azúcar en sangre bajó un 12%. En cuanto a la reducción del riesgo de sufrir un ataque cardíaco, también es un gran aliado, ya que promueve la reducción de los niveles de colesterol y lipoproteínas.
Fuente: www.imujer.com