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Perdiendo Peso: Dieta vs. Ejercicios

Por: Dra. Susana Kury
susana.kury@gmail.com

Las dietas y los ejercicios son dos de los componentes más recomendados para perder peso. Sin embargo, muchas personas han notado que se ejercitan varias veces a la semana y no logran disminuir su peso. De ahí que, han surgido controversias respecto a la efectividad de la actividad física para producir los cambios deseados en la balanza.
 

 

Básicamente, el equilibrio energético del organismo está determinado mayormente por las calorías que ingerimos en los alimentos y las que gastamos durante la actividad física. En teoría, la pérdida de peso ocurre cuando creamos un déficit en el balance energético, ya sea limitando el consumo de alimentos o aumentando los niveles de actividad física mediante el ejercicio. Si no logramos ese déficit, no se pierde peso; por ello, lo que sucede luego de realizar ejercicios es clave al analizar por qué no se está viendo un cambio en la balanza.

En el año 2009, la revista Times Magazine publicó un artículo titulado “Por qué el ejercicio no te va a adelgazar”. A éste le siguió el artículo publicado en el periódico New York Times, por la escritora Gretchen Reynolds, titulado “Pesando la evidencia del ejercicio”.  Ambos escritos concluyen que el ejercicio por sí solo no es suficiente para lograr perder peso y esto se lo atribuyen a que luego de realizar ejercicio, muchos buscan recompensarse con alimentos, que en su mayoría, son altos en calorías.

La autora Reynolds implica a la hormona grelina como la causante, argumentando  que dicha hormona es secretada en mayor cantidad luego del ejercicio y estimula el hambre.  Sin embargo, la evidencia científica es controversial en cuanto a este tema.

Otra posible explicación se encuentra en ciertas áreas del cerebro, en el sistema de recompensación alimenticia, y su reacción ante los alimentos. Varios estudios sugieren que la respuesta varía dependiendo de cada individuo y el tipo y cantidad de ejercicio que realiza; teniendo una ventaja aquellos que son delgados y que están en forma. 

Entonces, ¿por qué el ejercicio continúa siendo indicado como parte de un plan integral de pérdida de peso?  Se ha demostrado a través de los años que al ser incorporado junto con la restricción calórica, sus efectos en la pérdida de peso son mayores que ambas intervenciones solas.

El estudio titulado “Los efectos de la dieta con o sin ejercicio en la pérdida de peso” publicado en la Revista Clínica de Endocrinología y Metabolismo, contó con 141 participantes sorteados en 3 grupos: dieta y ejercicio; dieta y ejercicio de resistencia; y solo dieta. El grupo de dieta y ejercicios de resistencia disminuyó más que los otros el porcentaje de grasa corporal de sus participantes.  

Los beneficios del ejercicio van más allá que su efecto en el peso. Un estudio publicado en los Archivos de Medicina Interna, conducido por Chris A. Slentz, PhD, contó con 120 participantes y analizó los efectos del ejercicio sin modificación alguna en la alimentación. Sus conclusiones sugieren que  una actividad física mínima de 6 – 7 millas por semana (lograda por la mayoría en una caminata de 30 minutos ó 20 minutos trotando) ayuda a mantener el peso actual. Por otro lado, recorrer 18 millas a la semana (por lo general se logra caminando 40 minutos por día) ayuda a perder peso, mejorar los niveles de colesterol en la sangre, sensibilidad a la insulina y niveles de glucosa en ayuna.

En conclusión, el ejercicio debe continuar siendo una parte importante en la rutina diaria de aquellas personas que quieran controlar su peso. Su efectividad para disminuir los riesgos cardiovasculares, mantener la densidad mineral ósea, aumentar la masa libre de grasa en el organismo y contribuir con la pérdida de peso, cuando se logra mantener o disminuir la ingesta de calorías, está comprobada.

Fuente: SDCorre Mag, edic. Junio-Agosto 

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