Muchos deportistas gastan mucho dinero en fórmulas mágicas que supuestamente mejoraran su rendimiento, pero sinceramente, creo que es mayor el efecto placebo que el envase y la publicidad del producto crea en el deportista, que el efecto del producto en sí ya que sobre la mayoría de estos compuestos, ni siquiera hay estudios realizados. Por eso, es muy importante conocer de qué está compuesto exactamente el producto que estamos tomando.
Varios factores dañan nuestro cuerpo pero lo peor son los radicales libres ya que dañan las células sanas con la metabolización de los alimentos y el oxigeno.
Cuanto más duro sea el ejercicio que realizamos, más radicales libres se producirán en nuestro cuerpo y éstos suponen una gran amenaza para la salud. Además, dificultan la recuperación después de los entrenamientos que como ya sabemos, es elemento clave para mejorar la forma física.
Para determinar qué tipo de personas son las más afectadas por los radicales libres, se realizó un estudio entre tres grupos de personas con diferente nivel de actividad física. Uno formado por deportistas muy entrenados, otro grupo formado por personas medianamente entrenadas y otro de gente sedentaria.
El resultado fue que el grupo de los más entrenados era el más dañado por los radicales libres, luego le seguía el grupo de sedentario y por último el mediamente entrenado. La conclusión que obtenemos de este estudio es, que ni mucho ni nada es bueno para la salud y cada vez tengo más claro que esta debería ser una de las reglas de oro para los deportistas.
Actualmente, hay estudios que afirman que las vitaminas C y E reducen estos daños y previenen las enfermedades respiratorias asociadas al ejercicio físico intenso ya que parece que detienen el proceso de oxidación. La UE todavía no ha determinado la CDR exacta por variables como edad, sexo, composición corporal (% de masa grasa, masa muscular, masa ósea e hidratación) y por supuesto, plan nutricional que se esté llevando a cabo en ese momento y carga de entrenamiento. Pero, según estos estudios, se recomienda un consumo diario de entre 400 y 800 UI (unidades internacionales) de vitamina E y entre 300 y 1000 miligramos de vitamina C. Esto significa, por ejemplo, que un corredor de élite de atletismo o triatlón debería ingerir: 17 tazas de espinaca, 30 ciruelas, 30 aguacates, un cuarto de germen de trigo, 15 espárragos, 35 ml de zumo de tomate y 4 tazas de brócoli, para conseguir los niveles de vitaminas adecuados. Por este motivo, deben hacer uso de la suplementación de estas vitaminas normalmente en forma de pastillas.
La vitamina C entre 300 y 1000 ml conlleva muy pocos riesgos pero grandes dosis de vitamina E, puede ocasionar problemas en personas con déficit de vitamina K o en personas que tomen medicamentos que diluyan la sangre o altas dosis de analgésicos.
Consulta a tu médico de cabecera antes de comenzar a consumir suplementos de vitaminas C o E.
Fuente: Foroatletismo.com