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Los campeonatos del mundo de atletismo que acaban de terminar en Doha han supuesto para Marruecos un nuevo jarro de agua fría -una sola medalla de bronce-, que se suma a una larga serie de decepciones en un país que un día fue una potencia en el medio fondo.

Sofiane El Bakkali, bronce en los 3000 vallas, no llega por sí solo a salvar la cara del atletismo nacional, después de que naufragase las esperanzas del país entero puestas en Rababe Arafi y Malika Akkaoui (ambas compitiendo en 800 y 1500), Abdelaati Iguider (1500) o Mohamed Tindouft (3000 vallas).

Los medios marroquíes, incluso los más oficialistas, critican hoy con los adjetivos más gruesos la prestación de los atletas, la desconexión con la dirección técnica y la gestión de las instancias directivas, con un presidente de la Federación, Abdesalam Ahizoun, que 'reina' desde 2006 pese a que acumula fracasos en cadena.

'Desde el principio se veía venir el resultado. El atletismo marroquí no va bien desde hace años. Los resultados de Doha no son sino una repetición de lo que ocurrió anteriormente', escribe hoy el diario Ajbar al Yawm.

El muy oficialista diario 'Le Matin' habla del 'ambiente malsano' que ha reinado en el seno de la delegación marroquí, y recuerda que un atleta no se presentó a una prueba de 1500, otro abandonó la carrera de los 3000 a pocos metros de la meta o, más aún, la trifulca que estalló en los vestuarios del equipo entre corredores y técnicos.

El director técnico de la Federación, Ayoub al Mendili, no se muerde la lengua, y en una entrevista con 'Le Matin' dice sencillamente que 'hay que limpiar la selección nacional de elementos perturbadores', pues una serie de atletas -nombra a Akkaoui, Tindouft y Fouad El Kaam, que corre los 1500- pecan de 'indisciplina, falta de rigor y poco profesionalismo'.

Para el portal web le360.ma, 'el atletismo marroquí ha tocado fondo', y los resultados no son sino la consecuencia de 'una regresión que comenzó desde el principio de los 2000'.

Como cada vez que hay una prueba importante de atletismo (sea olimpiada o campeonato mundial), este portal, al igual que todos los medios, recuerda con nostalgia los grandes logros del atletismo nacional, que comenzaron con Said Aouita -oro en Los Ángeles en 1984- y culminaron con el doble oro de Hicham El Guerrouj en Atenas en 2004.

En esos veinte años, los atletas marroquíes, hombres y mujeres, se subieron numerosas veces en los podios del medio fondo, de los 800 metros a los 5000, con otros nombres como Nawal El Moutawakil, Khalid Skah, Nezha Bidouane o Brahim Boutaieb.

Pero desde el 'doblete' de El Guerrouj las cosas comenzaron a torcerse: a los eternos problemas de indisciplina se sumaron los casos cada vez más frecuentes de dopaje, que supusieron la descalificación de varios atletas marroquíes, y aún más allá, ya la sombra de la sospecha se extendió a otros atletas europeos que habían pasado por centros de formación en Marruecos.

El pasado mes de abril, la Federación Francesa de Atletismo anuló en el último minuto unas jornadas de formación en Ifrane, una ciudad situada a 1600 metros de altitud donde siempre se ha formado la 'crème' del atletismo marroquí.

'Ya no vamos a organizar estancias en lugares o países con riesgo', dijo el presidente de la FFA, André Giraud, y su director técnico, Patrice Gergès, fue más explícito: 'Se habla de Ifrane como un sitio donde uno puede obtener rápidamente sustancias ilícitas'.

Así pues, indisciplina, dopaje, falta de transparencia y escasa renovación en las élites dirigentes han terminado por hundir al atletismo marroquí en una crisis que parece no tener fin. 

cada uno de ellos son sistemas de por sí que nos ayudan al mejoramiento de los sistemas de ellos por tanto podemos utilizar los sistematicamente por cada uno de ellos.

 

https://www.diariolibre.com/actualidad/internacional/crisis-del-atletismo-marroqui

 

 

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