El keniano Eliud Kipchoge, autor de un récord mundial portentoso en el maratón de Berlín (2h01:39), y la colombiana Caterine Ibargüen, campeona de la Diamond League en salto de longitud y triple, han sido proclamados atletas mundiales del año en la Gala de la IAAF en Mónaco.
Kipchoge es el segundo keniano que recibe el galardón -ocho años después de David Rudisha- y Caterine Ibargüen, se convierte en la segunda atleta latinoamericana que recibe el premio, 29 años después del éxito de la cubana Ana Fidelia Quirot.
El récord mundial alcanzado el 16 de septiembre en la capital alemana, que reavivó el debate sobre los límites humanos en el maratón, hizo de Kipchoge la figura estelar del año atlético.
Sus victorias en diez de los once maratones que ha corrido a lo largo de su carrera deportiva, incluido el de los Juegos de Río 2016, ratifican su absoluta supremacía en la ruta y han hecho de él una leyenda viva. Sólo se le escapó la victoria en Berlín 2013, cuando terminó segundo con un tiempo de 2h04:05, por detrás de su compatriota Wilson Kipsang, que batió el récord mundial con 2h03:23.
Hace año y medio, el 5 de mayo de 2017 en el autódromo de Monza, Kipchoge corrió el maratón más rápido de la historia, culminando con una marca no homologable de 2h00:25 el reto diseñado por Nike para bajar de las dos horas en la carrera de 42.195 metros.
Contando con liebres que, contra el reglamento, alternaban carrera con descanso, Kipchoge pulverizó, no obstante, la mejor marca de la historia, las 2h03:02 de su compatriota Geoffrey Mutai, igualmente no homologable debido al recorrido ligeramente descendente de Boston.
Kipchoge ha culminado una asombrosa trayectoria que eclosionó en 2003 cuando, con sólo 18 años, batió en la final de 5.000 metros de los Mundiales de París a dos grandes, el marroquí Hicham El Guerruj y el etíope Kenenisa Bekele.
Estos dos últimos años, Kipchoge ha demostrado que el muro de las dos horas en el maratón está a la vuelta de la esquina.
Competían con Kipchoge por el galardón mundial el francés Kevin Mayer, que ha batido el récord mundial de decatlón con 9.126 puntos; el estadounidense Christian Coleman (campeón y plusmarquista mundial de 60 lisos con 9.79); el sueco Armand Duplantis, campeón de Europa absoluto de pértiga y sub-20 del mundo, y el catarí Abderrahman Samba, invicto en 9 carreras de 400 m vallas y autor del mejor registro mundial desde 1992, con 46.98.
Era la quinta vez que la antioqueña aspiraba oficialmente al premio: lo hizo en 2013, 2014, 2015 y 2016, y regresaba ahora a la puja -ya entre las cinco finalistas- después de su ausencia en 2017, cuando en su camino se cruzó la venezolana Yulimar Rojas para alzarse con el título mundial en Londres.
Ibarguën, que estuvo a punto de abandonar el atletismo con solo 24 años al no clasificarse para los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, ha crecido de la mano de técnicos cubanos.
El atletismo latinoamericano sólo había recibido una vez el trofeo que reconoce la máxima excelencia mundial del año. Han transcurrido 29 años desde que la ochocentista cubana Ana Fidelia Quirot recibió en 1989 el premio en compañía del vallista estadounidense Roger Kingdom, en la segunda edición de los premios
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