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Bob Beamon, la leyenda del atletismo que en México 1968 saltó 8,90 metros, actual récord olímpico y plusmarca mundial durante casi 23 años, cree que acabar una prueba tan dura como lo es un maratón es "incluso mejor" que saltar esta distancia por lo que, "simplemente", se "arrodilla" ante corredores como Eliud Kipchoge.

El mítico atleta estadounidense ha respondido de esta modesta manera al ser preguntado en sobre si considera que la "gesta" lograda por el keniano Kipchoge (al situar el récord mundial de maratón en 2:1.39 y ser la primera persona en correr esta prueba por debajo de las dos horas y dos minutos), podría ser la única comparable a la suya.

"Yo he intentado correr una maratón y simplemente puedo decir que nunca he tenido algo tan difícil como terminar o incluso llegar a la mitad de la prueba. Creo que puede que sea la más dura del atletismo", ha explicado Beamon durante la rueda de prensa que ha ofrecido en San Sebastián, donde recibirá el premio "Leyenda" que concede el Festival Internacional de Cine de Atletismo de la ciudad.

"Tienes que estar en una forma increíble para poder recorrer incluso la mitad de la distancia. Sinceramente, pienso que cualquiera que pueda terminar un maratón es un campeón y he llegado a la conclusión de que ni siquiera hacía falta batir el récord del maratón, con que lo terminara ya era suficiente hazaña", ha señalado Beamon.

"Creo -ha añadido- que es incluso mejor que saltar 8,90 metros. A mí me llevó simplemente seis segundos hacer el salto, pero él -Kipchoge- necesita dos horas. Simplemente me arrodillo ante ellos", ha sentenciado.

Elegantemente trajeado de azul, camisa blanca y corbata multicolor, el hombre que dio el "gran salto" ha compartido con afabilidad sus recuerdos sobre el día en el que hace cincuenta años, despegó de la pista para, tocado por "todos los dioses", volar 8,90 metros durante seis eternos segundos.

Un largo instante durante el que, como ha confesado, tuvo tiempo de mirar el "reloj" del estadio que ahora lleva su nombre y cuando superó los "seis pies" pensó: "¡ahhhh! es especial".

Algo que, según ha comentado, sabía que tenía que hacer, porque junto a él competían dos saltadores "geniales" y era consciente de que tendría que hacer "algo especial para ganar".
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as.com

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