Miami amaneció corriendo. Desde antes de la salida del sol del domingo, 25 mil miamenses y visitantes de todos los rincones de Estados Unidos y del mundo se alinearon en Biscayne Blvd, frente al American Airlines Arena, para la carrera más esperada del año: El Maratón y Medio Maratón de Miami.
Los corredores fueron arrojados por grupos de varios cientos, a las calles vacías de Downtown Miami, antes de perderse en el McArthur Causeway, con dirección a Miami Beach. La largada duró más de 40 minutos.
Centenares de residentes se aglomeraron a ambos lados de la avenida, para animar y despedir a los corredores, para poco después moverse unas pocas calles, hasta el Bayfront Park, donde horas después los corredores terminaron el recorrido.
En la línea de meta esperaban decenas de medallas, bananas, naranjas y mucha agua para los competidores, pero sólo dos atletas se llevaron el máximo reconocimiento:
Samuel Kipkosgei Malakwen, de 35 y oriundo de Kenia, cruzó la meta después de 2 horas, 19 minutos y 46 segundos y se hizo al premio de dos mil dólares. La cara de Malakwen es familiar en Miami, ya que se coronó campeón en la edición 2012 del evento.
En la categoría de mujeres, Marisk Kramer Postma, holandesa de 39 años, ganó su segundo maratón consecutivo en Miami, con un tiempo de 2 horas, 49 minutos y 28 segundos.
La media maratón fue liderada por Edward Tabut, de Kenya, con tiempo de una hora, 6 minutos y 45 segundos, y por Shannon Miller, de Nueva York, con una hora, 21 minutos y 8 segundos.
El recorrido abarcó varias calles de Biscayne Blvd, McArthur Causeway, Venetian Causeway, North Miami Ave, South Miami Ave y South Bayshore Drive, entre otras, por lo que el trayecto incluyó porciones de Downtown Miami, Miami Beach y Coconut Grove. El tráfico colapsó por varias horas en las zonas aledañas, y la policía local se encargó de prestar un cerrado anillo de seguridad para proteger a los concursantes.
En la meta, un espectáculo musical, tiendas, comida y una muestra comercial esperaba a los corredores y animadores. El sol de la mañana fue el mejor aliciente para terminar la competencia, mientras que los rezagados disfrutaron de una llovizna que aunque les aminoró el paso, no espantó a decenas de miamenses que decidieron quedarse en las aceras, para animar a los corredores a cruzar la línea de meta, sin importar que empataran la llegada al Bayfront Park con la patada inicial del Superbowl, programado para el mismo día.
Bajo los árboles del Bayfron Park, los corredores se tomaron fotos mordiendo las medallas, descansaron y compararon sus tiempos. El evento concluyó sin contratiempos y el parque se desocupó con la llegada de la tarde. El sol volvió a alumbrar con la llegada de la tarde, y el atletismo le dio paso a la expectativa por el partido de fútbol americano más esperado del año. Fin de semana agitado para la Ciudad del Sol.
Fuente: http://www.miamidiario.com/