Por Karla Martín
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Motivado por el deseo de superarse a sí mismo y conquistar sus sueños, Amauri Rodríguez se volcó al mundo del atletismo desde hace 8 años, en donde ha podido saborear el éxito gracias a su disciplina, esfuerzo y constancia. Forjando un sendero con altas y bajas, que con mucho esfuerzo ha podido superar. 

Nacido en el pueblo Cana Chapetón (Montecristi) recuerda lo dura que fue su niñez, empezó a trabajar desde los 5 años en fincas de ajíes, plátanos y guineos, pero su ilusión por el deporte no fue descubierta hasta que un profesor de educación física notó sus cualidades e incentivó en el la pasión por el atletismo.

En el 2014 (16 años) empieza a entrenar de manera formal de la mano de su entrenador Miquel Núñez. Junto con esta decisión vinieron las adversidades y las vicisitudes, nos relata como tuvo que vivir en un baño, debajo de las gradas de la pista donde empezó a practicar, para poder cumplir con sus entrenamientos.

A los 20 años, su entrenador le recomienda venir a entrenar a la capital y le recomienda entrenar con Mario Martínez con el fin de que pudiera alcanzar el siguiente nivel en el atletismo y destacarse mejor. A los 32 días de entrenar con su nuevo entrenador, participó en una carrera de 10k en Puerto Plata, en donde conquistó el segundo lugar overall y mejoró su marca personal en ese entonces a 32 minutos y 2 segundos, bajándole 1 minuto y 18 segundos, algo que nadie se esperaba por ser el novato del equipo.

Así inició todo este camino que lo han llevado a conquistar el récord nacional de 10k, récord nacional de 5k de calle entre otras marcas y récords personales que ha conseguido.

Récords personales:

5k - 14:42 Récord de 5k de calle

10K - 30:17 Récord Nacional

21k  - 1:06:33

42k - 2:27

El running me enseñó…

Que los obstáculos son para superarlos. He aprendido que la disciplina y la dedicación son la clave para conseguir cualquier cosa en la vida. Afrontar los obstáculos con humildad y siempre encomendar a Dios cada uno de mis entrenamientos y carreras. 

Una anécdota…

“En mi primer maratón, el Monumental de Santiago, de otra persona puesto a que quería reservarme para para el final, llevábamos un ritmo de 3:25 y 3:30 por kilómetro, en vez de 3:12 y 3:15 1 que era el plan que debía llevar y para lo que había trabajado durante el entrenamiento, esto me hizo cargar las piernas a un punto que no me respondieron que como lo esperado y casi me lesiono.

Una frase:

Si otros pueden, tu también. Algo que mi entrenador siempre me decía, “Él día es ahora, los números hay qué hacerlos ahora y los de mañana se harán mañana”.