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Por Karla Martín
karla@santodomingocorre.com 

Con exactamente un año corriendo, Sylvia es una de las personas que, sin darse cuenta, a servido de motivación para muchos en la comunidad de correr. Lo que para algunas personas es una rutina cotidiana o algo sumamente fácil, para otros es un esfuerzo casi sobrehumano.

Sylvia empezó a correr gracias a la motivación de su hermana, y ella con el corazón repleto de dudas por su condición de sobrepeso: 263 LB, pero un deseo enorme de conquistar un cambio y adquirir hábitos más saludables.

Para Sylvia los récords han sido más bien completar distancias, algo que nunca se habría imaginado un año antes y 78 libras de más, libras que ha dejado en el asfalto gracias a su constancia, paciencia, disciplina y determinación que son los mejores récords que puede mostrar a los demás.

Hasta ahora ya ha alcanzado completar varias carreras de 5k y 10 en las versiones virtuales y su primera carrera presencial: el pasado 10k del Maratón Monumental Santiago.

Una frase…

Una mente positiva acompañada de buenos hábitos y trabajo constante, te pueden ayudar a alcanzar el éxito en todos los escenarios de la vida. “Que sí se puede” ha sido su frase y mantra cada vez que llegan las dudas en un entrenamiento.

El running me enseñó…

“Me ha enseñado felicidad y el el valor de la amistad. Muchos hemos entrado al running buscando actividad física pero allí encontramos más que eso, es un lugar que es hasta terapéutico donde liberas o descargas situaciones no deseadas en tu vida. Con las amistades que he ganado en este deporte he podido percibir que de una manera individual cada quien libera sus malas energías y así mismo adquiere energías recargadas de vibras positivas”.

Una anécdota…

Recuerdo cuando complete mis primeros pasos en Cultura Fit, mi graduación de 5k junto a mi esposo que también padecía de sobrepeso. Ambos con sobrepeso pero con la misma esperanza de conseguir un cambio en nuestras vidas. Nunca pensé que una persona con 263LB podía correr (mi peso en ese entonces). Ese día  aprendi que cada quien tiene su propio ritmo, mi esposo y yo estábamos en la carrera y en un momento nos pasa una señora rebasándonos y veo que la señora iba simplemente caminando y yo le señalé a mi esposo y le dije viste que rápido estamos corriendo. En conclusión aprendí que no importa tu velocidad lo importante es que corras, la competencia contigo mismo.

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