Sales a correr. Te preparas con tus zapatillas, tu camiseta técnica… Y a los 10 minutos se pone a llover. Lo sabías, pero las ganas de salir nublaron no solo el cielo sino tu cordura y no cogiste un chubasquero. ¿Qué hacer? ¿Volvemos a casa? ¿Seguimos adelante? te animamos a seguir corriendo.
A fin de cuentas, cuando llueve los olores son otros y el ambiente está más limpio. Algo cambia. Sin ir más lejos, la lluvia contribuye a refrescar el ambiente en un tórrido día de verano. La cuestión es que tarde o temprano te hallarás en la tesitura de tener que correr bajo un chaparrón, así que es mejor que sigas algunos consejos útiles:
1-Ponte vaselina para disminuir el roce en las zonas donde se queda pegada la ropa.
2-No lleves más que una camiseta normal o térmica, dependiendo de la estación del año, y un chubasquero. Éste último puede restarte movilidad y producir un efecto invernadero entre tu cuerpo y la superficie, pero con abrir un poco la cremallera conseguirás que tu cuerpo transpire.
3-El chubasquero no es un incordio. Lo realmente molesto sería ir abrigado con una sudadera, porque cuando ésta se empapase llevarías encima un lastre de más de un kilo.
4-Si te agobia la capucha, prescinde de ella, ya que inconscientemente puedes perder tiempo en ajustártela o tener que mover el cuello en exceso para abarcar tu campo visual.
5-En contra de lo que te pueda parecer, tu cuerpo necesita la misma cantidad de agua que un día seco, así que aunque veas agua por doquier no renuncies a pegar pequeños sorbos de agua.
6- Con la lluvia hay más riesgo de sufrir ampollas. Detecta la zona donde se te producen y estudia la posibilidad de utilizar cremas, calcetines técnicos o un escarpín de neopreno.
7-Al concluir la carrera, estira en un sitio cubierto y dúchate lo antes posible. Si tienes tu casa a tiro, vete a casa trotando o soltando músculos y estira a la lumbre de tu estufa o calefacción.
Fuente externa: http://www.menecesitas.com