¿Qué corredor de fondo no ha sufrido en algún momento este tipo de lesión? Son pocos los que se han salvado, pero que no desesperen que en cualquier momento pueden tocarles, que no canten victoria.
El síndrome de la fascia iliotibial es una patología por sobreuso que se da característicamente en los corredores de fondo y ocasionalmente en ciclistas.
Desde el punto de vista anatómico, la banda o fascia iliotibial surge como la extensión del músculo tensor de la fascia lata y del glúteo mayor, insertándose distalmente en el Punto de Gerdy, en la cara externa de la tibia. Su trayecto a nivel de la rodilla está íntimamente relacionado con el cóndilo femoral externo, situándose entre ambas estructuras una bursa con el fin de proteger la cintilla de la fricción del cóndilo femoral.
Clínicamente el paciente-atleta refiere un dolor a punta de dedo en la cara externa de la rodilla. El dolor puede ser tan intenso que impida el normal desarrollo del entrenamiento. El dolor suele ser más intenso en bajadas y cuando se hacen entrenamientos a ritmos lentos. Habitualmente se suele pedir una radiografía de la rodilla en dos proyecciones e incluso en ocasiones una resonancia nuclear magnética, para descartar otras patologías (rotura meniscal, esguince del ligamento lateral externo, tendinitis rotuliana, …)
Existen una serie de factores desencadenantes o favorecedores para esta lesión:
1. Factores extrínsecos:
a. Mala planificación del entrenamiento.
b. Calzado inadecuado.
c. Entrenamiento en superficie dura o cuesta abajo.
2. Factores intrínsecos:
a. Genu varo.
b. Dismetría de miembros inferiores.
c. Mal tono muscular.
d. Descompensación muscular de miembros inferiores.
Como tratamiento, descartamos los utilizados habitualmente como antiinflamatorios, infiltraciones con corticoides, …
Nuestra recomendación inicial es la de modificar los posibles factores desencadenantes personales, como:
- Entrenar por terreno lo más suave posible (tierra)
- Dedicar entre 10-15 minutos a un calentamiento previo.
- Usar el calzado adecuado, y si es preciso con plantilla tras un estudio funcional de la marcha.
- Intercalar otros entrenamientos, como en acuarunning o elíptica o ciclismo (con el sillín muy alto para hacer extensión completa en la pedalada)
- Realizar un entrenamiento de fuerza específico de todos los grupos musculares de los miembros inferiores, prestando especial atención a los abductores.
- Realizar ejercicios específicos antes de la carrea para trabajar los abductores.
- Dedicar entre 10-15 minutos de estiramientos tras el entrenamiento y hacer los estiramientos incluso los días de descanso.
Si todo esto fuera insuficiente, habría que compaginar unas sesiones de fisioterapia donde el masaje Cyriax y la electroterapia sería la base del tratamiento, así como estiramientos dirigidos, junto los un tratamiento de homeopsiniatría y biopuntura con medicamentos biorreguladores y homeopatía.
Fuente: Fisioalegre.com