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Por Jorge Chaljub
jorgechaljub@gmail.com

Después de empezar a tomar en serio este deporte, a no hacer carreras por hacerlas y comprometerme con mis entrenamientos, salí de un grave error. Siempre pensé que correr era una disciplina individual, solitaria y que no necesitaba de ningún tipo de esfuerzo grupal.

Es cierto, nadie sale a correr tus kilómetros, tus repeticiones, a nadie más que a ti te duelen las piernas. Solo tú cruzas la meta cuando terminas una carrera. Pero #elquecorresabe que cumplir una meta, va más allá del día de la carrera.

Pónganse a pensar, todos tenemos a alguien cerca que nos anime y nos empuja en esos días que no queremos hacer nada. Alguien de nuestro entorno, queriendo o sin querer, nos retroalimenta cuando ve los numeritos del entrenamiento. Alguien siempre está dispuesto a esperar a que termines y recibirte después de un fondo con agua bien fría, o por lo menos para asegurarse que te fue bien.

Siempre viendo los eventos internacionales, de running y tri, me doy cuenta que los atletas pro viajan con un equipo de personas que les sirve de apoyo. Así también lo hacen los que no viven de esas disciplinas, hay quienes viajan con su pareja, otras personas con amistades y existen algunos que tienen la dicha de tener a sus padres asegurándose que todo marche bien.

Yo tengo un gran círculo de apoyo. Me hacen sentir como un “pro”. Identifica tú, ¿Quiénes conforman tu equipo de apoyo? Puede ser tu pareja, un amigo ‘sin juicio’ que te acompaña en todos los fondos, otro que te asesora en tus entrenamientos (como si fueran suyos) o hasta tu grupo de corredores.

¡Yo se quienes están en el mío!

“Ninguno de nosotros es tan bueno como todos nosotros juntos”, Ray Kroc

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