Por Nadia Polanco
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Cada persona que inicia su recorrido por el mundo de los corredores lo hace por alguna razón: Rebajar, mantener un peso, tratando de mantener la cordura, bucando paz, buscándose en algún kilómetro que se cree perdido. Las razones son tan variadas y diferentes como variados son las personas. Pero sin importar la razón por la que se inicia, hay un momento en el camino que se inicia un nuevo recorrido, nuevas razones, nuevos motivos.
Se empiezan nuevas historias, muchas veces entran nuevos personajes, se quedan en el camino actores que pensamos en un principio principales. Se cierran capítulos e iniciamos otros.
Vamos construyendo una fortaleza, un carácter. Organizamos nuestras vidas al rededor de todo aquello que nos haga mejores corredores, vamos mejorando aspectos que no sabíamos eran negativos, la voluntad indomable de querer mejorar y triunfar, cada kilómetro nos mejora.
Cada corredor y sus kilómetros cuentan historias personales, por eso somos tan diferentes, tan diferentes las metas, como diferentes los recorridos.
Y esas diferencias muchas veces nos unen de forma tal que parecemos una sola entidad, sin importar el lugar en que corremos, una cosa nos es común, somos corredores, siempre con metas claras delante, buscando mejorar los aspectos que nos hagan cruzar esos objetivos.
Dentro de ese buscar mejorar como corredores, ya sea los tiempos, la distancia, o simplemente las sensaciones al final tendremos siempre la opción de elegir ser mejores personas.