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Narda Polanco
njpolancoe@gmail.com

Desde hace unas 3 semanas sucedió lo que no quería volver a sentir, la lucha terrible de poder avanzar mientras corro. 

Hubo días en que esperaba completar esos primeros 3 kilómetros que siempre son tan mentirosos, que te dicen que te rindas, que te recuerdan el calor, la humedad, las ganas de no continuar.

Esperanzada de poder vencerlos continuaba mi recorrido, aunque no me rendí me fue difícil terminar.

Día tras día la frustración se apoderó de mi. ¿porqué no podía correr kilómetros que había corrido antes? No avanzaba, no mejoraba, por el contrario sentía que había vuelto a un punto en el inicio de una etapa que no quería vivir.

Un domingo decidí subir la montaña, es un lugar donde a pesar de la dificultad de la respiración, el quemor de los cuadriceps, de lo lento del paso encuentro sensaciones que siempre me devuelven el ánimo de avanzar.

Al contrario de lo que esperaba, las mismas sensaciones me invadieron.  Mi mente se cansó antes que mi cuerpo, me quería detener.  ¿Qué hacía ahí?

Veía a mis compañeros avanzar cómodamente dentro de la dificultad mientras yo parecía que desfallecería en el intento.

Mientras avanzaba fui descubriendo esas grandes lecciones que recordamos mientras corremos.

Que no importa si te resulta más difícil o más duro si sigues avanzando ya has ganado. Y que poder continuar a pesar de las ganas de detenerte te hacen un triunfador.

Por que correr no siempre se trata de esa línea ascendente en que mejoras tus tiempos y tus distancias, muchas veces se trata de ese pequeño bache en el camino por el cual tienes que detenerte y organizarte de nuevo, cambiar de estrategia o simplemente detenerte en el camino a ver lo bendecida que eres de poder estar ahí en ese justo momento.

Porque esas dificultades que tenemos que enfrentar cuando nos sentimos estancados son los que nos transforman en mejores corredores. Y es que al llegar a cualquier meta que te hayas trazado te darás cuenta que correr no se trata tan sólo de llegar a esa meta sino de en quién te convertiste para llegar a ella.

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