Síguenos en nuestras redes sociales

La mayoría de las zapatillas para correr son muy cómodas estando de pie. Pero para ver si de verdad son las adecuadas a tu estilo de carrera o tipo de entrenamiento deberías probarlas durante varios kilómetros sobre el asfalto.

Pronto te darás cuenta que la zapatilla perfecta tiene más que ver con la forma de tu pie y de la forma en la que corres, que del logo pegado en el lateral.

¿Montaña o ciudad!

Las zapatillas de ciudad están diseñadas para correr sobre todo sobre el asfalto y en ocasiones por lugares con ciertas irregularidades (caminos, cunetas, etc). Son ligeras y flexibles y están hechas para estabilizar el pie durante las miles de zancadas que se dan sobre superficies tan duras.

Por otro lado, las zapatillas de montaña están hechas al más puro estilo 4×4. Su suela rígida y más dura que las de ciudad potencia la tracción, la estabilidad y la protección de la planta del pie. Si sueles correr siempre por terrenos pedregosos, con rocas u otro tipo de obstáculos naturales, unas zapatillas trail son tu mejor opción.

Conoce tus pies

Tamaño: Si no sabes exactamente qué número calzas o si tienes un pie más grande que el otro puedes usar una de esas placas de metal que ya tienen en muchas tiendas para medirte cada pie por separado. Aún así no hay mejor prueba que meter el pie dentro de tu zapatilla running. Supongo que sabrás que cada fabricante puede tallar de una manera diferente al resto (sí, es raro y un peñazo pero es así).

El arco: Según salgas de la ducha o de la piscina échale un ojo a tu huella. La forma de esa huella va a indicar el tipo de arco que tiene tu pie. Y, muy importante, esto va a afectar a la manera en la que tu pie se mueve durante la carrera.

Arco alto: Se caracteriza porque el metatarso y el talón apenas se conectan en la huella.

Arco normal: Es un pie entre el arco alto y el pie plano. La parte externa del pie se ve más marcada.

Pie plano: Huella muy ancha en la que apenas se aprecia arco.

Biomecánica de la carrera

La forma de tu pie está estrechamente relacionada al movimiento producido al andar o correr. Con cada zancada, por lo general el talón es lo primero que toca el suelo, rueda ligeramente, y el arco hace de amortiguación para paliar el impacto. Pero como siempre digo: Cada persona es un mundo y, por tanto su pisada también.

Pronador: Aunque puede que sorprenda, una pisada probador es la correcta para evitar lesiones. Lo que hace el pie es que después de que entre el talón, rota ligeramente hacia adentro para absorber el impacto. También se conoce como pisada neutra.

Superpronación: Y no me refiero a una pronación con súper poderes. En este caso la rotación interna es demasiado exagerada. Este tipo de pronación es la más común en la mayoría de los corredores.

Supinador: En este caso después de que el talón contacte con el suelo, se produce una rotación pero esta vez externa. Apenas hay corredores supinadores, y los que lo son llevan zapatillas con mucha amortiguación y muy flexibles.

Mira esta imagen para comprender los distintos tipos de pisadas.

Tipos de calzado

Las zapatillas con amortiguación tienen una gran absorción del impacto y una pequeña sujeción del arco del pie. Son perfectas para corredores superpronadores o supinadores. La amortiguación también es buena para corredores neutros mientras entrenan en terrenos que no sean asfalto.

Las zapatillas con mayor estabilidad ayudan a decelerar la pronación básica. Buena opción para corredores neutros que tienden a superpronar ligeramente.

Y por último, las zapatillas “de control” tienen un talón más rígido para evitar la superpronación.

Muy bien amigos, espero que tengáis un poco más claro qué les vais a pedir a los Reyes Magos, con estas nociones rápidas sobre cómo elegir una zapatilla de running

Fuente: http://es.paperblog.com/

Comparte esta publicación:



Buscar