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Nuevo o no en el mundo del running, es muy normal que al llegar a la línea de salida siempre te los encuentres, dos o tres kenianos, hombres y mujeres, que salen en primer lugar al momento del disparo y en esa misma posición terminan los 5, 10, 21 o 42 kilómetros. ¿te has preguntado por qué razón ganan tan frecuentemente?

Para Julius Keter, un atleta keniano que desde 2008 vive y compite en México, la diferencia entre los corredores y los kenianos solo está en la mentalidad y en la dedicación que cada uno le pone a sus entrenamientos.

“Todos los corredores son fuertes pero a mí lo que me ayuda es la preparación mental. Yo dejé mi país y mi familia con el único objetivo de prepararme para ganar”, dice Keter.

“Mi abuelo que ganó la medalla de oro en la prueba de los 1,500 metros en los Juegos Olímpicos de 1968 me decía: aunque un atleta tenga todo, comida, preparación, doctores, si no tiene la parte mental no tiene nada, esa es la clave”, dice el atleta de 25 años.

Y para ello las circunstancias en las que viven los corredores de México y los extranjeros son fundamentales.

“La diferencia entre nosotros (los kenianos) y mis amigos mexicanos, es que nosotros venimos de un país un poco pobre y salimos de ahí pensando en nuestra familia, nuestro hogar y dejamos todo esto con la intención de prepararnos y ganar una carrera para vivir aquí y darle algo a ellos allá. Aquí y en todas partes, los corredores tienen una casa, una familia, y aunque no tengan dinero tienen un apoyo cercano”.

Julius Keter señala que dejó su país al concluir la preparatoria ya que sus padres no tenían dinero para seguir con sus estudios. Ahora, dice él, manda dinero desde México a Kenia para la educación de sus dos hermanas y de su mamá que se dedica al hogar.

Keter se dedica al atletismo de manera profesional y vive en México de ello. Algunos de sus últimos triunfos son el medio maratón del Día del Padre y el Adidas 21k, por ello dice que se prepara para ganar el maratón capitalino con una marca de 2:12:00, cuatro minutos por debajo del tiempo que hizo el atleta peruano que ganó la edición anterior. “Por ahora ese es mi objetivo, después pensaré en el maratón de Dubai en enero”.

Además de la mentalidad, la dedicación es lo más importante para Keter que entrena en ocasiones tres veces al día: una en la mañana, otra a medio día y “si no me siento tan débil”, a las cinco de la tarde el último.

Y el amor también hay que dejarlo a un lado, “Tenía pareja, pero ahora con este trabajo (el entrenamiento para el maratón) la he dejado. Le dije que necesitaba un poco de paz y no distracciones. Ya sea por discusiones o por el tiempo que se pasa juntos se puede caer mi objetivo”.

Aunque una de las claves más importantes, dice Keter, para lograr o no el triunfo es la falta de entrenadores con experiencia internacional. “Hay, pero son pocos como Germán Silva o Benjamín Paredes. Faltan entrenadores que motiven a los jóvenes a competir, a ganar una medalla, viajar por el mundo, subirse a un avión”.

Piernas de “pajarito”

Las características físicas y genéticas de los atletas africanos representan una ventaja en las pruebas de resistencia aunque no lo son todo, dice el metodólogo René Vargas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

“Un estudio del investigador danés Bengt Saltin demostró que los cuádriceps de los atletas kenianos  tienen mayores concentraciones de enzimas  -moléculas relacionas con el sistema de producción de energía-, mitocondrias y más vasos sanguíneos musculares”.

Esto significa que al correr pruebas de alta intensidad, sus cuádriceps requieren menos “gas” para ir a velocidades más altas y tienen una mejor capacidad para utilizar el oxígeno, dijo el académico de la UNAM.

“En otro estudio un investigador estadounidense llamó esta característica como piernas de ‘pajarito’, que en lugar de ser fuertes y grandes, son delgadas y eso les da más ventajas”.

Aunque aclaró que los kenianos no solo son buenos en maratones, en donde se les suele encasillar, sino que también compiten en otras pruebas de menor distancia como en los 3,000 metros con obstáculos donde son los “reyes”.

Sin embargo, en los atletas élite no puede explicarse su rendimiento solo desde la perspectiva genética o física, sino como una combinación multifactorial que incluya también aspectos ambientales y culturales.

“A los kenianos el dolor los ha acompañado gran parte de su vida. Por ejemplo, hasta hace poco en su país se practicaba la circuncisión sin anestesia, este tipo de hechos hacen que asimilen el dolor de una forma distinta y en las carreras lo que sienten es nada en comparación con otros eventos”.

Factores que no son exclusivos de los kenianos, sino particularmente se dan en todos los atletas africanos o de origen africano: “los de resistencia están en la parte oriental de África -etíopes, kenianos, somalíes-, de lado occidental están los que tienen características que exigen rapidez o fuerza explosiva”.

Algo en lo que concuerda el keniano Julius Keter.  

“Finalmente México te da todo para ser un buen corredor y en el caso de algunos puntos de la capital, la altura superior a los 2,500 metros sobre el nivel del mar y la contaminación, permiten una buena preparación para cualquier competencia en el resto del mundo, además en México hay no menos de cinco carreras al mes, incluso 10, y en otros países solo dos”.

Fuente: http://mexico.cnn.com/

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