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Saltar, como gesto de movimiento, es una actividad inherente a muchas disciplinas deportivas. En efecto, la carrera ha sido descrita como una sucesión de pequeños saltos. El concepto de especificidad en el entrenamiento ha llevado a los científicos del ejercicio a plantear los métodos más certeros para desarrollar eficiencia en la carrera, uno de ellos es el entrenamiento pliométrico.

Pliometría viene de plio, que significa aumentar y de metría que significa medidas. El objetivo del entrenamiento es aumentar la potencia muscular, esto es, la capacidad de los músculos para generar desplazamientos fuertes y veloces, siendo esta última cualidad su ventaja sobre el entrenamiento de fuerza.

Algunos de los implementos para realizar este método son bancos, aros, vallas… sin embargo desde una superficie libre (grama o asfalto) hasta un banco del parque pueden ser de utilidad. El detalle es que para realizar pliometría se requiere de unas condiciones físicas mínimas:

  1. Control postural: para lograr la mecánica de salto correcta.
  2. Flexibilidad: para tener movilidad y facilitar la capacidad de contracción muscular.
  3. Fuerza muscular: suficiente para desplazar por lo menos tú peso corporal en el espacio.
  4. Resistencia: debido a que si quieres entrenar saltando debes tener la capacidad de ejecutar de 50 a 100 saltos…

Si te faltan capacidades por desarrollar, un entrenamiento pliométrico puede conducirte a lesiones por sobreuso como disfunción patelofemoral, tendinitis del tibial posterior, del aductor mayor entre muchas otras.

Asesórate  con un especialista y ahora sí: salta y vive la velocidad del deporte.

Fuente: http://www.soymaratonista.com/

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