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Por: Diana Mazara
diana@santodomingocorre.com

 

Es común ver en los supermercados y otros establecimientos que se comercialicen productos bajo las etiquetas de ecológicos, biológicos y orgánicos, pero,  ¿se han puesto a analizar alguna vez las diferencias?

Según la legislación de la Unión Europea (UE) los conceptos orgánico, ecológico y biológico se consideran sinónimos, todo dependerá del escenario en que sea utilizado el término, en España, por ejemplo, la fórmula más habitual es “ecológico”, sin embargo en Alemania la más utilizada es biológico al igual que en Francia, siendo “orgánico” el término utilizado en el mundo anglosajón.

Para la UE los productos bajo esas características (ecológicas, biológicas y orgánicas) hacen alusión a los alimentos que se obtienen sin el empleo de pesticidas, sustancias o aditivos químicos. Han sido cultivados respetando los ciclos propios de la naturaleza sin manipulación genética y, proporcionan beneficios para el medio ambiente y la comunidad agrícola y ganadera local.

Por otro lado, un estudio realizado por Unilever, una multinacional presente en toda la región centroamericana, y que cuenta con más de 400 marcas en el mercado incluyendo productos alimenticios, demostró a través de un estudio por qué existen diferencias al plantear estos términos. Al analizar la percepción y hábitos de este tipo de productos en españoles, pudieron constatar que aunque a grandes escalas son parecidos los términos no son exactamente lo mismo, a continuación explicaremos las principales diferencias establecidas en el estudio:

Ecológico: Los alimentos ecológicos son aquellos que desarrollan todas sus etapas de crecimiento y producción como en la naturaleza y sin intervención artificial. Es decir, para que una hortaliza sea ecológica la semilla tiene que ser ecológica, la tierra y el agua descontaminada, se aprovechan las condiciones naturales para el desarrollo como el clima o el suelo, y no se usa ningún fertilizante ni pesticida químico. En el ámbito ganadero, se respeta la crianza en zona libre de contaminación, alimento ecológico, sin intervención de hormonas de crecimiento o antibióticos.

Biológico: Los productos que llevan la etiqueta Bio, se destacan porque no contienen ningún componente que haya sido alterado genéticamente. Es decir, cualquier producto que no se haya realizado una intervención de laboratorio para conseguir el resultado final, tal como puede suceder con algunas frutas o verduras para lograr mejor color, volumen, o duración.

Orgánico: Especifica que no se ha realizado ninguna intervención química para lograr un desarrollo óptimo. Un alimento etiquetado como orgánico asegura que no se han usado pesticidas, fertilizantes u otras sustancias similares. No obstante, hay que aclarar que no todos los alimentos orgánicos son Bio, ya que puede ser que no contengan químicos pero que estén elaborados con productos manipulados genéticamente, como pueden ser las frutas de un dulce o las uvas de un vino.

-Publicidad engañosa.

Durante los últimos años el apogeo de lo eco y lo bio se ha convertido en un arma de doble filo, donde algunos comerciantes emplean este término en sus productos como publicidad asociada a una mayor calidad, engañando a sus consumidores para poder incrementar sus ventas.

En resumen, los tres términos certifican una forma inteligente y saludable de alimentarse y a la vez contribuyen con la mejora y preservación del medio ambiente, pero sí a la hora de comprar productos bajo estas características asegúrese que estos de verdad sean cultivados bajo las especificaciones descritas anteriormente sin dejarse llevar por publicidad engañosa.

 

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