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Por Karla Martín
karla@santodomingocorre.com

A veces nos encontramos en circunstancias en la vida, y estas pequeñas situaciones, por simple que sean, pueden ser el detonante de un gran cambio en nuestra rutina diaria. Después de 8 años, Katerina recuerda ese primer 10k que corrió por el simple hecho de no quedarse sola.

“Un grupo de amigos iba a correr Punta Cana Marathon y dije, no pienso quedarme sentada a esperar por todos, voy a entrenar y vamos a ver si hago 10k”.

Cruzar la línea de meta de esa carrera, se convirtió en el antes y el después. Su emoción y pasión por el running despertaron ese día y ocho anos después, Katerina es una atleta que se destaca por su perseverancia, enfoque y automotivación. Con 3 Ironman full completados exitosamente, 3 Medio Ironman, 2 Maratones y varios Triatlones nacionales subiendo a pódium, Katerina nos cuenta cómo el deporte la ha ensenado a ser más paciente en todos los aspectos de su vida.

Récords

5K - 24:29
10K - 52:17
Medio Maratón - 1:55:54
Ironman 70.3 - 6:29:00
Ironman 140.6 - 13:22:59 

Ha participado en…

Ironman 140.6 Cozumel (2021)
Ironman 140.6 Florida (2020)
Ironman 140.6 Maryland (2018)
Ironman 70.3 Atlantic City (2019 y 2021)
Ironman 70.3 Miami (2017)
Maratón de Berlin (2015)
Maraton Milwaukee (2014)
Triatlón sprint Stono Tri Cap Cana (2018) podium 1er lugar overall femenino.
Triatlón Armada (2017) podium 3er lugar categoría Master femenino.
Tri Enduro challenge (2017) podium 3er lugar overall femenino. 

Una frase

No lo pienses, ¡Solo hazlo!.

El running me enseñó…

“Me ha enseñado a ser paciente, porque poco a poco vamos mejorando con el esfuerzo de cada día. A ser positiva, porque solo así logro lo que consideraba imposible.

Como practico las 3 disciplinas para distancias largas, he tenido que aprender a llevar 24 horas a la vez, ser organizada y comprometida, para lograr estar fuerte mental y físicamente ya que son sesiones de entrenamiento muy prolongadas”.

Una anécdota

“Todo muy bien cuando iba en mi medio maratón corriendo y viendo como voy con el paso, hasta que tropiezo con la alfombra que colocan para captar la señal del chip y me doy tremenda caída... y así mismo tuve que levantarme con la vergüenza y los ojos aguados (que creo fue más por el pique), imaginar que no pasó nada y seguir corriendo viendo los rasguños en las palmas de las manos”.

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