Síguenos en nuestras redes sociales

Por Nadia Polanco

Dicen que el Maratón es una carrera de 12 kilómetros que comienza en el kilómetro 30. 

No soy una experta en maratones ni pretendo serlo, siempre he pensado y creído que el ser humano renuncia al aprendizaje cuando piensa que ha alcanzado su máximo potencial, y cae en el estancamiento, cada día es un buen día para aprender.

El Maratón en la actualidad se ha convertido en una de las carreras más populares. El miedo de hacerlo ha pasado a convertirse en aliciente para realizar al menos un maratón en la vida.

Hace unos años atrás tomé la decisión de realizar un maratón.  En ese entonces no existía tanta información como en la actualidad, así que simplemente decidí correrlo.

No puedo decir que seguí un plan de entrenamiento, porque no lo hice. Hice los fondos de fin de semana que hacían algunos amigos que iban a sus primeros maratones internacionales,  pero para ser honestos no planifiqué lo que hacía.

Establecí un tiempo en el que quería terminar mi maratón unos pocos días antes.

Durante la carrera empecé a correr con amigos que hacían su último fondo para sus maratones internacionales.

Todo iba perfecto ya que disfrutaba mucho la compañía, los kilómetros,  la organización de la carrera. 

En el kilómetro 32, los amigos habían terminado, corría sola, cuando de repente todo se apagó.

Esas frases que pensaba decirme cuando estuviese sola se habían quedado en algún kilómetro y me era difícil encontrarlas.

Algo me impedía avanzar, mis piernas no respondían,  el calor parecía que se burlaba de mi, y esa terrible soledad durante dos kilómetros, me aconsejaba que renunciara.

De repente apareció un corredor que hacía sus primeros 30k, cojeaba y cabizbajo afanaba también en su propia carrera, así que decidí animarlo, me olvidé por un instante de lo que parecía me ataba o pegaba al pavimento, no sé porqué cuando dejamos de quejarnos y animamos a otra persona se devuelve de este hecho una increíble voluntad de avanzar.

Logré terminar la carrera con una gran satisfacción mezclada con ese sabor amargo de no haber logrado ese tiempo que había decidido arbitrariamente unos días antes.

De mi experiencia aprendí mucho.

1- Un maratón no son dos veces 21k,  es una carrera única,  diferente y exigente.

2- Hay que tener una meta u objetivo de tiempo.

3- Luego de tener tu meta de tiempo tienes que planificar un entrenamiento que permita que un sueño se convierta en un hecho.

4- Durante tu entrenamiento tienes que entrenar la hidratación, alimentación,  ropa, tennies y medias, no puedes improvisar el día de la carrera.

5- En las carreras de larga distancia hay que comer, comer evitará que te quedes sin combustible, o lo que es lo mismo que choques contra el famoso muro.

6- Tienes que apegarte a lo que entrenaste, salir por encima de tu nivel te sacará cuentas.

7- Como en cualquier actividad de la vida, no hagas un maratón porque "tienes qué"  hazlo porque quieres hacerlo, así disfrutarás la experiencia.

8- Disfruta la meta, no el tiempo, los tiempos se olvidan, harás mejores tiempos, pero la experiencia de correr un maratón es un hecho que permanece y te hará ver tu vida de forma diferente.

Comparte esta publicación:



Buscar