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Mas claro que es agua esta que el hombre, desde el origen de los tiempos, ha corrido por montañas, senderos y desiertos. Hay evidencia de tibetanos mensajeros que corrían largas distancias por los Himalayas. Los rarámuris de la sierra de Tarahumara en México, o de los chasquis, mensajeros del imperio Inca, cuyos senderos son usados todavía, y se pueden ver y correr en el desierto de Atacama.

Aprendiendo, poco a poco el explosivo crecimiento del running que vivimos en estos días, claramente no podíamos olvidarnos de nuestros orígenes, incluyendo los mismos terrenos de aquellas épocas. Por esto es la gran atracción e interés de correr en lugares como estos y el crecimiento que ha tenido en los últimos años.

Hay una gran diferencia en el desarrollo de las dos modalidades del running. El boom de correr en calle en Estados Unidos se vivió en los años 1975 y 1976, mientras que en Chile explotó recién en 2006 y 2007, es decir, 31 años después. Sin embargo, en estos últimos 7 años, el crecimiento de corredores en cerro y ultra maratones ha sido muchísimo más vertiginoso e importante que los 31 años que tardó el running en la calle.

Pero por azar nació también la primera carrera de trail del mundo. La cual fue celebrada en California, donde existía una carrera de caballos de 100 millas (160k). Uno de los participantes más importantes de ahí era Gordon Ainsleigh. Después de que un herrero de la zona le regalara su caballo a una mujer, Ainsleigh se quedó sin montura. Se consiguió otro caballo, pero éste enfermó. Al no estar en condiciones de participar en la carrera, dijo: “da lo mismo, yo la voy a hacer corriendo”. Y así, por casualidad, nació Western States el año 1976.

En nuestro país se practica ya que tenemos el privilegio de contar con los terrenos, climas y condiciones en los que es bueno practicar esta disciplina. Aunque no muchas personas lo practican, me imagino que seguirá creciendo esta maravillosa disciplina del trail running, que seguiremos conquistando terrenos, climas, distancias y a nuestros propios demonios, superando el temor por nuestras debilidades. Y qué mejor que hacerlo en lo alto.

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